El discurso arquitectónico de Emilio Harth Terré (1918-1976): Identificación y alcances de los géneros literarios

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José Luis Beingolea Del Carpioa jose.beingolea@unmsm.edu.pe Orcid: https://orcid.org/0000-0003-4695-7310

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The architectural discourse of Emilio Harth Terré (1918-1976): Identification and scope of writing genres


a Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima, Perú


Recibido: Mayo / 06/2021 • Aceptado: Julio/02/2021 • Publicado: Agosto /30/2021


RESUMEN

La arquitectura peruanista (historicista, ecléctica y revival) iniciada en 1911 fue acompañada por el discurso arquitectónico de Héctor Velarde Bergman y Emilio Harth Terré. Éste, a partir de 1918 y hasta 1976, elaboró un discurso arquitectónico, urbano y artístico (historiográfico, teórico, crítico y proyectual) difundido en medios especializados y no especializados (diarios, revistas y boletines), nacionales e internacionales. Aplicando a Charaudeau (2004) el artículo establece “las condiciones de contrato y a la identificación de marcas formales […] consideradas como huellas de las restricciones discursivas y situaciones impuestas […] considerando el anclaje social del discurso y las características formales de los textos producidos”. Se ha caracterizado el “género situacional” de su discurso enmarcado en el auge de los medios de comunicación escritos, la institucionalización de los “sistemas expertos” (Giddens, 1997) y el despliegue de eficientes estrategias de producción y difusión autogestionarias, sin consumar la publicación de su Historia de la arquitectura peruana.


Palabras clave: Emilio Harth Terré; Pensamiento de Emilio Harth Terré; Géneros de escritura; Pensamiento arquitectónico peruanista.

ABSTRACT

The Peruvian architecture (historicist, eclectic and revival) begun in 1911 was accompanied by the architectural discourse of Héctor Velarde Bergman and Emilio Harth Terré. From 1918 to 1976, he elaborated an architectural, urban and artistic discourse (historiographical, theoretical, critical and project) disseminated in newspapers, magazines and bulletins, specialized, non-specialized, national and international. Applying to Charaudeau (2004) the article refers to "the conditions of contract and the identification of formal marks [ ... considered as traces of the discursive restrictions and situations imposed [...] considering the social anchorage of the discourse and the formal characteristics of the texts produced". He has characterized the "situational genre" of his discourse framed in the rise of the written media, the institutionalization of "expert systems" (Giddens, 1997) and the deployment of efficient self-managed production and dissemination strategies without consummating the potential History of Peruvian architecture.

Key Words: Emilio Harth Terré; Thought of Emilio Harth Terré; Genres of writing; Peruanist architectural thought.

INTRODUCCIÓN


La generación del Centenario fue excepcional, hablar de José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre ilustra elocuentemente esa afirmación. Como parte de aquella, los arquitectos también fueron excepcionales, hablar de Emilio Harth Terré y Héctor Velarde Bergman, nos remite a la arquitectura peruanista, a los edificios y el discurso historiográfico crítico, teórico y proyectual arquitectónico más valioso de la primera mitad del siglo XX.


Emilio Harth Terré (1899-1983) fue proyectista de edificios de gran significado y autor de un discurso arquitectónico en torno a la arquitectura peruana, histórica y contemporánea.


Emilio Harth Terré (1899-1983). Itinerario temático y temporal de sus textos.


Hijo de inmigrantes europeos, tuvo su formación básica en Perú, inició sus estudios superiores de arte en Francia, pero debido a la Primera Guerra Mundial, regresó a Lima y siguió estudios en la Sección de Arquitectos Constructores de la Escuela Nacional de Ingenieros (ENI) que concluyó en 1919; al año siguiente obtuvo el título de Ingeniero y en 1925 el de Arquitecto.


En 1918, todavía estudiante, publicó su primer trabajo sobre Historia de la Arquitectura peruana de los orígenes. En 1925, para obtener el título de arquitecto 1925 realizó su primer trabajo teórico sobre los fundamentos de la arquitectura, gesto influyente en su desarrollo profesional en el que también destacó como proyectista. A partir de 1926 empezó a difundir los principios, ideas y propuestas teóricas y de aplicación sobre Urbanismo, en especial para Lima. Paralelamente propuso conceptos y prescriptivas sobre la nueva arquitectura, sobre la arquitectura moderna y sobre la necesidad de enraizarla en la tradición local; junto a su contemporáneo Héctor Velarde fue ideólogo de la Arquitectura peruanista, con gran ascendencia profesional y cultural, a fines de la década de 1930 ejerció brevemente la crítica arquitectónica operativa.

En 1947 entró en polémica con la vanguardia modernista de la Agrupación Espacio que censuró su obra proyectual3, en particular la remodelación de la plaza de armas, juzgada por su diseño apriorístico, figurativo (estilístico) y escenográfico. A partir de 1950 su discurso arquitectónico y proyectual empezó a perder influencia y vigencia, sin embargo, continuó investigando en historia del arte y la arquitectura. En esa etapa se dedicó a revisar su producción intelectual, la sistematizó y publicó en nuevas ediciones o en inéditas recopilaciones, siendo una de las más importantes: “Formas estéticas. Ensayos y lecturas” de 1976. Su copiosa producción intelectual tuvo en 1946 y 1963 intentos fallidos de plasmarse en su “Historia de la Arquitectura peruana”, razón por la cual sus centenares de textos, publicados e inéditos, están a la espera de su organización historiográfica, edición y difusión. He ahí la importancia de abordar el estudio de su discurso arquitectónico.


La conciencia y sentido teleológico de su trabajo intelectual quedó en evidencia cuando

dijo:


Hace cerca de un año, que en esta revista (El Arquitecto peruano) he venido publicando una serie de artículos sobre arquitectura virreinal, dando a luz, así, una muy pequeña parte del archivo de documentos de arquitectura de la época de la colonia, que desde que iniciara mi labor profesional he venido compilando. Al principio, como una mera curiosidad de arquitecto y de limeño; luego con el afán del estudio artístico e histórico del arte virreinal y por último con el propósito de fundamentar un paso adelante en la nueva arquitectura que reclama la técnica del presente y el arte propio de un país, que, como el nuestro, tiene en su acervo tradicional y en su porvenir, más de una razón para que sea foco de un estilo típico y fundamental. También para satisfacer mi propio anhelo de acercamiento al futuro (…). (Harth Terré 1941)


Mostró el desarrollo de la subjetividad típica del sujeto moderno (Habermas, 1984) al celebrar sus 25 años de labor profesional con la publicación de su biobibliografía (Tauro,


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3 El caso paradigmático fue el polémico diseño para la remodelación (renovación) de la plaza de armas de Lima, cuyas arquerías virreinales propuso -y logró- demoler para reemplazarlas por edificios nuevos neocoloniales realizados en una escala inédita.

1945) que le sirvió como promoción personal, balance y orientación a futuro de su trabajo intelectual. A consecuencia de la donación de parte de su archivo a la Universidad de Tulane (EE.UU.) y la Universidad de Lima, éstas, publicaron las dos siguientes Biobibliografías (Ñañez, 1980; Barriga-Barboza, 1982). Casi paralelamente se realizó la investigación y defensa de tesis de Bachillerato “Harth Terré, Arquitecto” dedicada a dar cuenta de sus distintas facetas profesionales e intelectuales (Pinillos G. y N., 1982). Existe pues una valiosa bibliografía que permite conocer su producción proyectual e intelectual (tema, extensión y fecha de elaboración) y repositorios (aunque repartidos) que reúnen su archivo personal con su propia producción y su colección documental adquirida en el tiempo.


Hacia el estudio de su discurso arquitectónico


Apuntando a realizar un estudio de su discurso arquitectónico, se considera previamente indispensable identificar los géneros de escritura a los que recurrió. Para abordar el tema del género de escritura, asumimos que:

[…] cuando se trata de niveles diferentes de producción-interpretación del discurso, cada uno de estos aporta un principio de clasificación que le es propio: el nivel situacional que permite reunir textos en torno a características del ámbito de comunicación; el nivel de las restricciones discursivas que debe ser considerado como el conjunto de procedimientos exigidos por las instrucciones situacionales para especificar la organización discursiva; el nivel de la configuración textual cuyas ocurrencias formales son demasiado volátiles para tipificar definitivamente un texto, pero que constituyen sus indicios […] una definición de los géneros del discurso pasa por la articulación entre estos tres niveles y por la puesta en correlación (y no en implicación sucesiva) de los elementos que cada uno de estos tres niveles propone (Charaudeau, 2004).


A continuación, se describen estos tres niveles de producción-interpretación para el caso de la producción historiográfica de Emilio Harth Terre.

El nivel situacional


A continuación, se procede a identificar el anclaje social y los campos de la práctica discursiva en los cuales inscribir el corpus de historia de la arquitectura peruana elaborada por Emilio Harth Terré. Ellos se encuentran conformados por:


Los actores comunicativos


La comunidad discursiva


La comunidad discursiva limeña estaba integrada por dos grupos, el primero, especializado, formado por ingenieros y arquitectos encargados de la obra pública y del ámbito académico. La creación de la Sección de Construcciones civiles (1876), del Ministerio de Fomento y Cuerpo de Tasaciones (1896), la Sociedad de Ingenieros (1898), la Escuela de Artes y Oficios (1905), la Sección de Arquitectos constructores (1910-1911) y la Sociedad de Arquitectos (1937), contribuyeron a la conformación de comunidades sólidas y especializadas en torno a las actividades profesionales, académicas y gremiales vinculadas a la transformación, y creación del espacio edificado: la ciudad y los edificios.


El segundo grupo, estuvo conformado por una elite profesional especializada dedicada a la obra privada para la oligarquía, la naciente burguesía comercial e industrial nacional y la internacional asentada en Lima. Esta tecnocracia también estuvo integrada por empresarios- constructores, no necesariamente profesional ni especializada. A este grupo se sumó la comunidad especial, aunque pequeña, de gestores políticos, económicos y culturales (autoridades, funcionarios y empresarios) en urbanismo, arquitectura, arte, arqueología y los primeros museos, éste incluyó también a los historiadores.


La coyuntura del Centenario de la Independencia y del IV Centenario de fundación de Lima, amplió, a través de los diarios, la comunidad discursiva educada, si bien menos homogénea, más representativa de la comunidad urbana.

A nivel regional, la celebración de los centenarios de fundación de las ciudades (Cusco, Arequipa, Trujillo y Puno) generó proyectos, condiciones de reflexión y debate en la comunidad discursiva de profesionales, gestores políticos y económicos, si bien reducida, se amplió por la coyuntura conmemorativa y por la agenda regional sobre el centralismo y el indigenismo, especialmente en las ciudades del sur.


A nivel internacional, a partir de la década de 1920, desde EE. UU. y España se gestaron círculos supranacionales de profesionales en espacios y eventos para debatir temas sobre la higiene, la educación, la ciudad y el urbanismo en los que Emilio Harth Terré se insertó desde 1928.


A partir de 1945, y luego, desde los primeros años de la década de 1960 a nivel nacional se impulsó el crecimiento y expansión de la comunidad discursiva de arquitectos, urbanistas, historiadores y gestores públicos y privados.


Comunidades comunicativas.


Se distinguen tres momentos del desarrollo de las comunidades comunicativas modernas. Los inicios: a fines del siglo XIX cuando se crearon los primeros medios especializados en los que se difundía, debatía, retroalimentaba sobre las actividades de Ingenieros y Arquitectos del Estado (Anales de Obras Públicas), sobre la primera actividad académica en la Escuela Nacional de Ingenieros (Boletín de la ENI). Entre un siglo y el otro aparecieron los impresos del flamante Ministerio de Fomento (Boletín del Ministerio de Fomento) y varios otros privados no especializados, pues, a los periódicos ya existentes en el siglo XIX, se sumaron las revistas (“Prisma” (1905-1907), “Ilustración peruana (1909- 1912), Variedades (1908-1932), Mundial (1920-1931), Ciudad y Campo (1924-1930), CADELP (1933-1935), entre las de mayor suceso, interés y permanencia). La creciente urbanización evidente en las ciudades motivó a que se dedicaran secciones y artículos sobre su sorprendente devenir: los nuevos referentes urbanos, la nueva arquitectura, los espacios públicos, los nuevos materiales, objetos, estilos y gustos. Paralelamente, las nuevas

instituciones públicas sectoriales, académicas y gremiales crearon sus medios de comunicación publicados periódicamente.


La radio inició sus operaciones en 1925, y en adelante, incrementó su importancia de manera exponencial. La crisis económica de 1929 generó la desaparición de varios medios de comunicación impresos, principalmente las revistas, permaneciendo algunos periódicos y medios especializados de los entes públicos.


En esta etapa se observa la coexistencia de las comunidades comunicativas públicas y privadas, que correspondían linealmente a la especialización y a la masificación.


El segundo momento de Consolidación se inició en 1937 con “El Arquitecto peruano”, la primera revista privada especializada de enorme relevancia por su larga permanencia (1937-1969) y la función cohesiva que estableció con la comunidad discursiva, a través de su apoyo y liderazgo en la creación de la sociedad de Arquitectos (1937), del Instituto de Urbanismo del Perú (1944), de las instituciones sectoriales de la Vivienda (Corporación Nacional de la Vivienda ) y Urbanismo (Oficina nacional de planeamiento y urbanismo) en 1946.


El surgimiento de la vanguardista agrupación Espacio en 1947, desarrolló dos situaciones de comunicación que, aunque efímeras tuvieron gran importancia, especialmente la creada en el diario “El Comercio”, la edición de media página los miércoles de 1947 hasta 1949, estuvo dirigida a una amplia comunidad discursiva. Casi paralelamente, la misma agrupación publicó los 13 números de la revista Espacio publicados de 1949 a 1951, que, con menor tiraje y otro formato, se orientó a la comunidad discursiva más especializada.


En 1955 la Sociedad de Arquitectos creó su Boletín y con cierta regularidad fue publicado hasta 1962. Ese año, la transformación de la Sociedad de Arquitectos en Colegio de Arquitectos (CAP), le dio mayores competencias, asumidas inmediatamente en la realización de concursos de arquitectura para los proyectos públicos. Recién en 1968 se creó el Boletín CAP, el Congreso de Arquitectos y en 1970 la Bienal de Arquitectura, para una

comunidad comunicativa que en la década de 1960 empezó a descentralizarse y amplió las comunidades discursivas y comunicativas en las ciudades con mayor urbanización del país: Cusco, Arequipa, Huancayo, Piura, Chiclayo y Trujillo.


La aparición de las situaciones de comunicación más especializadas tuvo como contraparte la disminución ostensible de su existencia en los espacios más amplios, masivos y con mejores sistemas de distribución, disminuyendo su llegada a la comunidad discursiva.


Es la etapa en la que Emilio Harth Terré apela al amplio espectro de la comunidad comunicativa, pues, además de revistas y participación en eventos nacionales e internacionales, publicó preferentemente en los diarios, en especial en “El Comercio”, también en “La Prensa” y “La Crónica” siendo uno de los constantes colaboradores de “El Arquitecto peruano”.


El tercer momento de crisis, se inició en 1970 marcado por la desaparición de “El Arquitecto peruano”, que afectó las interrelaciones de la comunidad comunicativa en momentos de crisis de la ciudad, de la arquitectura y de crítica a la modernidad, evidencias de la crisis disciplinar. Esta es una etapa regresiva en la que Harth Terré realiza sus últimas publicaciones, producto de recopilaciones y reediciones.


Comunidad semiológica


Paralela a la comunidad Academicista internacionalista, articulada por los Manuales de teoría de la Arquitectura (prescriptivas del diseño academicista, de matriz fundamentalmente francesa) formada desde 18724 aproximadamente, en torno a los valores plasmados en los edificios públicos y privados más importantes.



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4 Tanto Héctor Velarde (1946) como José García Bryce (1962) señalan que la realización del parque y el Palacio de La Exposición marcan el inicio del desplazamiento de la tradición arquitectónica y la introducción del Academicismo. Ellos, probablemente hicieron una interpretación de lo señalado por Teodoro Elmore, quien señaló 1872 (año de las obras de La Exposición) como inicio de la arquitectura “moderna” en Lima.

A partir de 1911 y en ascenso especialmente a partir del IV Centenario de la fundación de Lima (1935), la comunidad semiológica peruanista, en torno a los códigos comunicativos de la arquitectura inspirada en el pasado peruano, especialmente el virreinal, o el neoperuano (fusión de la cultura de los orígenes y el Virreinato).


A partir de 1947, con el manifiesto (texto escrito) de la agrupación Espacio, surge la comunidad semiológica modernista, que desplazó y reemplazó a las dos existentes entonces. Fue acompañada paralelamente en condición un tanto virtual y periférica por la comunidad semiológica moderna peruana caracterizada por los códigos comunicativos de la modernidad contextualizada.


La actividad lingüística


La actividad lingüística en la que se inscribió la escritura de EHT en cuanto a sus objetivos fue la siguiente.

  1. Los objetivos de la actividad lingüística


    La intencionalidad psicosocio-discursiva de Emilio Harth Terré se expresó en sus distintos textos que, según su contenido, los enunciamos en orden cuantitativo de importancia en dos grupos: el más numeroso, en el que están los dedicados a la historia (arte, arquitectura y urbanismo); los proyectos (propuestos, a ejecutarse y ejecutados ejemplarmente) y los tratados, especialmente de urbanismo y en menor medida de estética. El segundo, notoriamente menos numeroso, reúne los textos programáticos, a favor de alguna causa o cruzada cultural, urbana o arquitectónica; normas o reglamentos propuestos para su uso prescriptivo y los de crítica de la arquitectura, el menos numeroso de todos. La tabla 1 muestra también las modalidades de organización discursiva.

    Tabla 1

    Los objetivos de la actividad lingüística



    Contenido y Modalidades de organización discursiva

    OBJETIVOS

    Prescripción

    Solicitación

    Demostración

    Incitación

    Información

    Instrucción

    Histórico (arte, arquitectura y urbanismo)


    Narrativo, descriptivo, argumentativo













    Proyectos


    Descriptivo, argumentativo, explicativo



















    Tratados: urbanismo, estética, arquitectura Descriptivo, explicativo, argumentativo



















    Programáticos (Por una nueva Arquitectura, por una Arquitectura peruana, defensa de la arquitectura del pasado, defensa de los pequeños propietarios urbanos)

    Argumentativo







    Crítica de arquitectura


    Descriptivo y Argumentativo







    Normas, Reglamentos


    Argumentativo







    Evaluados en función a los seis objetivos: prescripción, solicitación, demostración, incitación, información e instrucción (Charaudeau, 2004), se observa que los textos en torno a sus proyectos urbanos o arquitectónicos, según los objetivos, tienen tres variantes: información, incitación e instrucción.


    Los textos históricos tienen dos variantes según los objetivos de información e incitación. Los textos que hemos denominado programáticos, en pro de la nueva arquitectura, a favor de la realización de una arquitectura peruanista o en defensa del patrimonio monumental, etc. cumplen directamente el objetivo de incitación.


    Su interés por resolver o evitar problemas, por promover las prácticas adecuadas, se plasmaron en Normas o Reglamentos con el ánimo de convertirlos en prescriptivas. Finalmente, contra lo que podría aparentar, casi no ejerció la crítica arquitectónica, los pocos textos escritos cumplieron el objetivo de incitación.


    En suma, la incitación junto a la información resulta el objetivo más buscado, en segundo lugar, está el de instrucciones y en tercero el de las prescripciones.


  2. Situación de la comunicación


    -Identidad de los actores: Emilio Harth Terré inició su producción intelectual a los 18 años, a los 30 ya había consolidado un rol y liderazgo con proyección internacional en las disciplinas del Urbanismo y la historia de la Arquitectura peruana, y de alcance nacional en la Historia del Arte, la Arquitectura peruanista, el campo académico y el proyecto arquitectónico, mediante un discurso inscrito en el pensamiento occidental idealista, que conoció y adoptó selectivamente. Su posicionamiento también se dio en el ámbito proyectual, alrededor del cual también produjo un discurso.


    Sus textos publicados entre 1918 y 1976 se inscriben en tres momentos. El primero, incluye los inicios, consolidación y el punto de inflexión, debido a la pérdida de sincronía con el “espíritu de la época” caracterizado a partir de 1950 aproximadamente, por la adopción

    del arte y la arquitectura ultramoderna. A partir de esos años la temática de sus publicaciones se orienta a la historia y la restauración, desaparece prácticamente en urbanismo y en crítica de arquitectura, este periodo incluye la edición y reedición de artículos o recopilación de artículos. El tercer periodo ocurre en torno a 1970, casi no escribe nuevos textos y se orienta a la revisión de textos, continuando con la edición y reedición de textos ya escritos.


    Entre 1920 y 1960, los principales receptores de su discurso fueron la élite profesional de Lima y otras ciudades peruanas e iberoamericanas. Desde 1930, la elite académica de la Escuela de Bellas Artes (1930), PUCP (1960) UNI y UNFV (1968-1975). En segundo lugar, la élite social política y económica de esas ciudades. A partir de 1960 su influencia fue bastante circunscrita.


    Es indispensable explicar los receptores de sus textos publicados en los diarios, en vista que era el público masivo consumidor de esos medios de difusión. Algunos de esos artículos fueron tratados como series, es decir, varios de ellos sobre un tema y de los que se preocupó por reunir y publicar contemporáneamente o después de 1950. Fuera de esta precisión hay que señalar que los diarios, antes de la aparición de la televisión (1958), estuvieron dirigidos a la población alfabetizada, de cierto nivel adquisitivo para la cual estaban diseñados sus contenidos, cubrió por eso un amplio espectro, que, desde el punto de vista cultural fue más amplio y denso. Eso explica el que tuviera un espacio preferencial en los diarios y sugiere también que tuvo receptores no especializados.


    La finalidad: la élite profesional actualizaba sus conocimientos especializados, artísticos, urbanos y arquitectónicos, teóricos y prácticos, históricos y contemporáneos; orientaba su práctica sobre el qué y el cómo de la arquitectura y el urbanismo, integrando lo internacional y lo peruano. La élite profesional internacional encontró en él, desde 1928, un interlocutor que, al proyectar y reflexionar en torno a la realidad, la experiencia y problemática peruana, generó extrapolaciones, enriquecimiento y fortalecimiento de los discursos contemporáneos, en particular sobre la historia de la arquitectura virreinal. En

    suma, para la elite profesional especializada, el objeto fue el desarrollo de la arquitectura y la ciudad, conciliando lo internacional y lo nacional, el pasado y el presente.


    La élite social, política y económica se ilustró de los conceptos, enfoques y acciones actualizados en los campos del urbanismo y arquitectura, modeló sus gustos y fue orientada a apreciar el pasado arquitectónico nacional, a adoptarlo para adaptarlo al presente. Para ésta, el objeto fue conocer las políticas y las herramientas que permitan el desarrollo de la arquitectura y las ciudades, para adoptar, trazar y poner en acción políticas acordes a las que el país necesitaba. En ambos casos, se trató de un discurso voluntarista y -si cabe el término- no ideológico.


    Para el lector no especializado de los diarios, el abordaje de temas históricos, coyunturales de interés público y coyunturales celebratorios, permitió captar su atención, quedando siempre margen a que los temas más especializados no fueran atendidos por dichos receptores. En todo caso, la estrategia de contenidos, tanto de los diarios como de Harth Terré al elegir los temas de sus artículos periodísticos, se basaban en la idea de la formación de una cultura urbana, una cultura ciudadana.


    El ámbito de comunicación: localizado espacialmente en Lima, ciudades peruanas y ciudades de países iberoamericanos, se dio cronológicamente entre 1918 y 1976 en dos etapas: 1918-1950 y 1950-1976. Se basó en dos tipos de textos: singulares sobre un tema puntual, acotado, y series de textos, sobre un tema más importante y amplio, publicadas en un mismo medio, en un intervalo de tiempo corto y concebidas para convertirse en separatas o libros. Otros textos se escribieron y expusieron en eventos y los publicó en medios de distinto tipo y alcance.


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    el primero, todas fueron ediciones con artículos publicados o inéditos reunidos bajo un título.

    Su primer libro de 1926 dedicado a la “Estética urbana” fue fundante del urbanismo en el Perú. Le siguieron “Orientaciones urbanas” en 1931, en 1945 “Artífices en el Virreinato del Perú”; “Por el fuero de una buena ciudad” en 1946; “Filosofía en el urbanismo” y “Cuestiones ciudadanas” en 1961 y “Formas estéticas. Ensayos y lecturas.” en 1976. Salvo

    Los medios utilizados al inicio fueron el especializado académico (Escuela Nacional de Ingenieros, 1918) e inmediatamente el gremial (Sociedad de Ingenieros, desde 1921), luego los medios escritos masivos diarios (principalmente “El Comercio” desde 1928, también en “La Prensa” y “La Crónica”), las revistas periódicas de contenido no especializado “Variedades” (1908-1932); “Mundial” (1920-1931), “Ciudad y Campo” (1924-1930). También tuvo difusión en medios masivos, revistas institucionales y comerciales de otras ciudades del país e Iberoamérica, en particular Argentina, Chile, México, España y Cuba.


    El contrato de comunicación


    De esta manera, los actores comunicativos y la actividad lingüística conformaron el ámbito de la comunicación en arquitectura en el que se inscribió el discurso de Emilio Harth Terré entre 1918 y 1976. Ahora bien: “se puede hablar de contrato de comunicación [pues] todo ámbito de comunicación propone a sus interlocutores un cierto número de condiciones que definen las reglas de juego del intercambio comunicativo, cuyo reconocimiento permitiría la intercomprensión” (Charaudeau, 2004, p. 30).


    Dicho contrato de comunicación es el marco del conjunto de textos que conforman un corpus. En este caso el corpus de textos sobre arquitectura y urbanismo peruanos escritos por Emilio Harth Terré, se sitúan como un sub contrato dentro del corpus general de textos de urbanismo y arquitectura peruana en el que ocupa un lugar preeminente.


    Condiciones o restricciones discursivas


    El contrato en el que está enmarcado el corpus de textos elaborados por Emilio Harth Terré presenta las siguientes restricciones discursivas:

  1. La historia, de edificios, ciudades, regiones culturales, estilos, épocas, técnicas y sujetos productores.

  2. Los tratados, versaron principalmente sobre la ciudad y la disciplina del urbanismo, sus conceptos, técnicas y herramientas, consideradas como apropiadas y necesarias, que adaptó y difundió para que sean utilizadas en nuestro medio.

  3. Los proyectos, cierran la triangulación entre historia, teoría (prescriptivas) y propuesta (proyecto) como instancia de aplicación y demostración-validación de los conocimientos, la utilidad de la historia, los tratados, y la complementariedad entre urbanismo y arquitectura. Es interesante poner en relieve la complementariedad entre historia y proyecto asumiendo la historia como proyecto y el proyecto como historia; teniendo de por medio el conflicto la instrumentalización de la historia, incurriendo en la a-historicidad y anti- historicidad (Tafuri, 1972).

Además de los textos, los modos de semiologización utilizados para el corpus de historia, tratados y proyectos de arquitectura y urbanismo, demandaron que los textos escriturales remitan a imágenes del pasado (de edificios, ciudades y sus objetos), del presente y de posibles realidades futuras. Para el presente recurrió a la fotografía, para el pasado a las fotografías del “estado actual”, levantamientos y reconstrucciones gráficas; para el futuro, planos y bocetos de prefiguración. La documentación escritural y gráfica del pasado (archivos, colecciones) también fue parte de los modos de semiologización utilizados.


Las restricciones formales


Materialidad de la escenificación del acto de lenguaje


El dispositivo directa e indirectamente utilizado por Emilio Harth Terré y de manera predominante fue el de legibilidad (prensa escrita) y su dispositivo de escenificación fueron el artículo, la serie de artículos, las separatas y los libros. Demostrando una actitud teleológica, el uso de la serie de artículos como procedimiento para producir libros, y de la

prensa como dispositivo (en especial la masiva, pero también la especializada y la comercial) le proveyó del promotor, y a la postre, del financista de la producción de contenidos.


En mucha menor medida también usó el dispositivo de contacto (la radio) a través de la entrevista como escenificación, su producto lo transcribió y a veces convirtió y publicó como artículo.


La organización formal del texto


Tal como ya se ha podido entrever, el corpus del discurso sobre la historia de la arquitectura, el urbanismo y la arquitectura se construyó fundamentalmente en base a artículos y serie de artículos, por lo tanto, para identificar la organización formal se ha tomado como muestra:


El libro “Historia de la casa urbana virreinal de Lima” (1962), el libro de artículos reunidos “Por el fuero de una buena ciudad” (1946), y “La reconstrucción de la torre de Santo Domingo” (1940), que representan campos temáticos, periodos y contextos de elaboración y difusión distintos. El análisis se vuelca en la tabla N° 2.


La realización textual difiere en cada caso, en virtud del distinto contexto en el que se produjo la edición (una diacrónica y dos sincrónicas) y también a su finalidad, apreciándose una sustancial diferencia entre la organicidad del último texto dedicado a la historia de la vivienda, respecto al primero, cuyo contenido, aunque ordenado, es más abierto y aleatorio; el segundo tiene un fin más práctico, justificativo frente a la comunidad discursiva.


La composición textual posee en los tres casos coherencia interna, especialmente el tercero, por su orden estructural que permitió dar sentido a su amplitud y profundidad. Las numerosas notas ilustran no solo el trabajo con las fuentes documentales de archivo y constituyen una cantera para otras investigaciones.

Tabla 2

Organización formal del texto



MUESTRA

ORGANIZACIÓN

FORMAL DEL

TEXTO

Realización


textual

Composición


textual

Fraseología

Construcción gramatical


-resentación del autor.

-Artículos organizados cronológicamente

-La presentación


subraya el origen y la recepción que han tenido los artículos reunidos a la luz del estado actual de la ciudad y que han sido corregidos mínimamente en su forma.


-La secuencia de los artículos además de cronológica va desde lo conceptual a lo más operativo y concluye con el Decálogo urbano (1935), uno de los textos más replicados en libros y separatas, tanto en el Perú como en otros países.

“es”, “debe ser”, “ha de ser”, “tiene que”, “estudia”

-En cuanto a los tipos de construcción: activa y nominalizada.


Por el fuero de una buena ciudad

1946


salvo el último que enfatiza el objetivo de incitación


Marcas lógicas:


Debido a su finalidad, recurre a diversos conectores: de ejemplificación, comparación, orden, explicación, causalidad, adición, condicionales, de finalidad, de consecuencia, oposición y

conclusivos.

Reunión de textos escritos entre



-Posee campo léxico

1931 y 1946




La reconstrucción

de la torre de Santo domingo

1950

-Presentación del editor de la revista.


-Antecedentes históricos del edificio, estado actual y proyecto de restauración.

-El texto posee una estructura clara: inicia con la historia del edificio en el que exalta sus valores arquitectónicos e históricos, describe

brevemente su

Modo narrativo en la primera parte,


-La fraseología proyectual:


“de esta manera”

-En cuanto a los tipos de construcción: activa y nominalizada.


Marcas lógicas:


Explica los antecedentes históricos del edificio y concluye con la explicación de proyecto de restauración


estado actual afectado por el sismo de 1940 que justifica la decisión de demolerlo para reconstruirlo, mediante un proyecto cuyo proceso describe y documenta con fotografías y un plano.

“será”


“se recomienda”,

Conectores de


Causalidad, finalidad, consecuencia, oposición, tiempo, espaciales, síntesis, conclusivos.


-Posee campo léxico


Historia de la casa virreinal en Lima

1962

-Breve nota que explica el origen del texto, su organización y alcances.


-Se organiza en dos partes principales (Arquitectura y construcción) con un desarrollo detallado en cada una.

-La primera parte describe la estructura programática y sus componentes de detalle arquitectónico.


-La segunda describe la realización a partir de los materiales y sistemas constructivos, componentes y

- “declaran que”


“con frecuencia”,


“en comparación”,


“también tiene”


“en algunas”, “en otras”,


“a modo de”, “como vemos”,

“en cuanto a”, “debemos considerar”


“en cuanto a”

-En cuanto a los tipos de construcción: activa y nominalizada.


Marcas lógicas:


comparación, orden, de ejemplificación y explicación, causalidad, adición, consecuencia, contraste, de tiempo, espaciales, síntesis, énfasis


-Posee campo léxico




“en lo que concierne”,



La fraseología en los tres es distinta, mientras el tipo de construcción es activo y nominalizado en todos los casos. Las marcas lógicas son propias de cada uno coinciden en

causalidad, consecuencia, y en dos de ellos, en los de ejemplificación y adición. En todos los casos se despliega un campo léxico disciplinar.


CONCLUSIONES


Asumiendo la definición de género como:


El contrato global del ámbito de la comunicación con sus variantes, por lo que remite a las circunstancias situacionales; la organización discursiva y sus modos, por lo que remite a las restricciones específicas emanadas de las circunstancias situacionales; las formas textuales por lo que remite a las ocurrencias formales que dan cuenta de las regularidades, incluso rutinas, de la configuración textual. Se podría pues con respecto a estas categorías hablar de “género situacional” para referirse a las condiciones del contrato (Charaudeau, 2004).


Su alto grado de conciencia disciplinar y sentido teleológico, le permitieron abordar los actores comunicativos en relación orgánica con la actividad lingüística, alineando objetivos, y un arreglo a la situación comunicativa, complementando la identidad de los actores, orientando adecuadamente la finalidad de sus interacciones, y potenciando el ámbito de la comunicación, utilizando simultáneamente medios de distinto alcance. De esa manera demostró un manejo activo del marco de comunicación.


Merece atención su diacronía respecto a los cambios que ocurrieron a partir de 1947, con los cuales no se identificó, al punto de ratificar hasta en su último texto de 1976, su discurso precedente.


En cuanto a las restricciones discursivas, el despliegue de distintos modos de organización discursiva ilustra su amplio alcance, descriptivo, argumentativo y demostrativo, apelando a los modos enunciativos elocutivo y alocutivo para efectivizarlos.


Los temas triangulan historia-tratado-proyecto, ciudad-arquitectura, historia-proyecto; o sea pasado-presente-futuro y nacional-internacional. Esto programáticamente parece ideal, sin embargo, es bastante precaria en su articulación a la realidad y la práctica.

El hecho que sus escritos de historia, aunque después sirvieran para el proyecto, no fueran instrumentalizados, sugiere que la relación entre el proyecto y la historia no fue abordada epistemológicamente sino intuitivamente y en la praxis.


En cuanto a las restricciones formales, la realización textual fue heterodoxa en función al manejo de textos-mecano que podían tener autonomía o formar parte de un texto más amplio. Su trabajo posterior a 1960 mostró algunos de esos productos.


De la misma manera, la diversidad de situaciones en la composición textual mostró la flexibilidad de los criterios para el ensamblaje del producto, en particular en los casos en que estuvo directamente a cargo de las ediciones y reediciones de sus escritos.


La fraseología mostró su correspondencia y diferencias en consonancia con la diversidad de los temas, tal como ocurre con la construcción gramatical.


Finalmente hay modos lexicales cuando menos en tres ámbitos, el de la historia, la arquitectura y el urbanismo.


Finalmente, se puede concluir que el contrato de comunicación fue conscientemente asumido y autogestionado por Emilio Harth Terré, activó restricciones discursivas que permitieron modos de organización discursiva, modos enunciativos y temas acordes a un periodo de cambios en el que ejerció un importante aunque cambiante liderazgo y cuyas heterogéneas restricciones formales fueron orgánicas a los objetivos de información, instrucción e incitación propios de ese estado de la modernización arquitectónica dependiente.

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El discurso arquitectónico de Emilio Harth Terré (1918-1976): Identificación y alcances de los géneros literarios (José Luis Beingolea - Del Carpio) Por Revista Kolpa se encuentra bajo una Licencia Creative Commons–No Comercial–Sin Derivadas 3.0 Uported.